viernes, 12 de marzo de 2010

Carta de Pitin desde Chile


A mis amigos de España

Chillán, Chile. 10 de Marzo de 2010

Amigas y amigos míos:

A once días del cataclismo que se abatió sobre nosotros a las 3 horas 34 minutos en la madrugada de aquella fatídica noche del 27 de febrero, noche del terremoto, puedo encontrar unos minutos de relativo sosiego (sólo relativo, pues cada réplica es otro sobresalto), para escribiros unas sencillas letras.

Ante todo, mis palabras son de gratitud, pues sois muchos los que de una u otra manera os habéis hecho presentes apenas se restablecieron las comunicaciones. Mensajes de Facebook, correos electrónicos, Skype, llamadas telefónicas, recados por medio de mi hermana Pilar y sobrinos de Valencia, etc., han sido vuestros medios eficaces para hacernos llegar a mí y a mi hermano, y a todos los chilenos, vuestra cercanía, solidaridad, apoyo, y vuestro generoso ofrecimiento de ayuda inmediata. Me ha emocionado vuestra cercanía y vuestra rapidez para haceros presentes.

Yo me muevo en varios campos o ambientes, pero creo que los más necesitados de ayuda en estos momentos son los siguientes:

1.- Colegio San José. Colegio muy pobre, de niños muy pobres, que está enclavado en la barriada popular “Población Los Volcanes”, donde soy vicario cooperador de la Parroquia. Es un núcleo habitacional de unos 40.000 habitantes. Las familias a las que atiende este colegio son de alta vulnerabilidad. Ahora, a causa del terremoto, muchas de estas familias tienen que dedicarse a la recuperación de sus viviendas para enfrentar las primeras lluvias que llegarán con el otoño (hemisferio sur). Más que preocuparnos las instalaciones y materiales del mismo colegio, a las que tiene que atender la subvención del Ministerio de Educación, nos urge en este momento la ayuda económica a las familias más damnificadas, a las que por un motivo u otro (casi siempre eternas burocracias) no llegan a tiempo, ni en forma satisfactoria, las contribuciones del estado.

2.- Beca Profesor José Luis Ysern de Arce. Cuando cumplí los 50 años de mi llegada a Chile, mis colegas docentes, al igual que las secretarias y personal administrativo de la Universidad del Bío-Bío, me ofrecieron un bonito homenaje en el que venía un regalo muy simbólico: con descuentos de su sueldo crearon la beca que lleva mi nombre. Con ella se financian los estudios de un alumno necesitado y que reúne ciertas características de excelencia académica. Ahora, a causa del terremoto, los alumnos en esas circunstancias y necesidades son muchos más; por ese motivo deseo aumentar el fondo de la beca con ayudas externas. Nuestra Universidad del Bío-Bío (pública y estatal) atiende una población estudiantil que se encuentra en los quintiles más bajos del nivel económico. Es una linda Universidad, de escasos recursos, de la que me acabo de jubilar, y a la que yo quiero mucho.

3.- Comedor universitario. En él comen todos los días un número aproximado de 80 estudiantes. Algunos aportan una cifra simbólica equivalente a siete euros al mes. Los demás son absolutamente becados y no pagan nada. Me temo que apenas podamos reponernos medianamente del trauma y entremos a clase en Abril (debiéramos haber comenzado el 1 de Marzo), me van a llover las solicitudes para este comedor, pues las familias tienen que dedicar sus modestos ingresos a la reconstrucción habitacional. Hasta ahora este comedor se ha podido mantener gracias a los donativos que me entregan las buenas personas que nunca faltan.

Si podéis hacer alguna colaboración para estas causas u otras, a mi libre disposición, os agradeceré que hagáis el depósito en la cuenta del Obispado de Chillán, a nombre: “Ayudas José Luis Ysern”.

Banco destinatario:

BANCO SANTANDER CHILE - BSCHCLR10R4

595, CALLE ARAUCO, CHILLAN/CHILE

Número de la cuenta: 0-051-00-04154-7

Titular de la cuenta: OBISPADO DE CHILLAN.

AVENIDA LIBERTAD 640, 2do PISO.

CASILLA 117. CHILLAN/CHILE

En fin, amigas y amigos queridos. ¿Qué deciros? Que os agradezco en el alma vuestra amistad y cercanía. Que en momentos así es cuando se hace más necesaria y aliviadora la solidaridad. A pesar de la tragedia que nos desgarra nos sentimos muy reconfortados por los grandes testimonios de humanidad que estamos viendo cada día, especialmente de parte de los más pobres y de los jóvenes. De nuevo la Iglesia chilena, al igual que lo hizo cuando tuvo que gritar a favor de los sin voz en defensa de los derechos humanos, hoy ha sido la primera en organizarse en forma rápida, en defensa y ayuda de los miles y miles de damnificados.

Recibid mi cálido, emocionado y fuerte abrazo.

José Luis

José Luis Ysern de Arce

Obispado de Chillán

Casilla 117. Chillán - CHILE

jlyda@terra.cl

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